miércoles, 12 de octubre de 2011

¿Cómo enfrentamos el fracaso de nuestros colegas?

Debemos[i][ii] siempre tener presente que al realizar acciones debemos velar por los principios de la bioética que son: no maleficencia, autonomía, justicia y beneficencia. Es decir, que ambas partes involucradas (paciente y colega) deben ser sometidas a estos principios de carácter universal. El no ser maleficente implica no hacer el mal, es decir, que las acciones o decisiones no hagan daño a ninguna de las partes involucradas; la autonomía implica que las personas deben estar informadas y con la posibilidad de tomar sus propias decisiones; la justicia implica que a cada uno le corresponde lo que se merece según sus actos y la beneficencia quiere decir que en lo posible siempre debemos hacer el bien a las personas. Una vez que conjugamos todos estos principios universales debemos actuar con criterio.

Lo primero, antes de realizar acciones de manera acelerada y audaz, es realizar una evaluación de la historia que nos relata el paciente, centrándonos en el contexto en el cual ocurrieron los hechos, es decir, determinar si fue un fracaso por negligencia (descuido), por imprudencia (acto temerario), por impericia (falta de competencia), por falta de cooperación del paciente (no sigue indicaciones, no realiza los cuidados necesarios, no va a los controles), fracaso por acción dolosa (acto maleficente), fracaso por acción culposa (con voluntad pero sin intención).

Además debemos evaluar todos los exámenes y al paciente mismo en lo que respecta al ámbito clínico, emocional, cultural (creencias e ideas preconcebidas) y social. Una vez obtenido nuestro diagnostico al analizar los aspectos anteriormente mencionados, nos encontramos en condiciones de tomar decisiones. Se puede intentar contactarse con el odontólogo tratante y que nos explique su versión de los hechos ocurridos.

Al manejar todas las versiones del caso, si es que es posible, y con respaldo clínico y radiográfico, podremos dar una opinión acerca del caso y aconsejar al paciente; siempre teniendo en cuenta la solidaridad profesional y los principios de la bioética hacia nuestro paciente.

En conclusión, cuando nos enfrentamos a un paciente que presenta un tratamiento en mal estado realizado por otro colega debemos aconsejar al paciente sobre lo que debe realizar para mejorar su salud bucal, pero sin menospreciar el trabajo del otro colega, porque no sabemos en realidad bajo que situaciones él hizo un determinado tratamiento. Por lo tanto, nosotros debemos aconsejar a nuestros pacientes, pero sin emitir juicios de valor respecto al trabajo de otros colegas.

[i] Triana Estrada, Jorge. LA ÉTICA: UN PROBLEMA PARA EL ODONTÓLOGO. Acta bioeth. [revista en la Internet]. 2006 Ene [citado 2011 Oct 12] ; 12(1): 75-80. Disponible en: http://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1726-569X2006000100011&lng=es. doi: 10.4067/S1726-569X2006000100011.

[ii] Ciocca, Luis. Cátedra de Medicina Legal, 2010: “Nociones de Derecho” y “Responsabilidad Médica”.

7 comentarios:

  1. Es importante recalcar la importancia del uso criterioso de nuestras palabras: la mayor parte de las demandas contra dentistas son iniciadas por comentarios de un dentista contra otro. Y hay pacientes que van a la consulta buscando un motivo para demandar.
    Creo que es mejor ver a cada paciente desde cero y, si es necesario, conversar las situaciones complicadas directamente con los colegas.

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  2. Yo creo, al igual que la Denisse, que hay poca solidaridad entre colegas. Me ha tocado escuchar como paciente y estudiante, la crítica constante hacia otros colegas, con razón de ser y otras no, de manera de menoscabar al otro y plantearse a sí mismo como el salvador y gurú de la situación. Es importante pensar antes de dar una opinión y ver todos los factores involucrados, porque quien sabe si alguna vez nos pasa estar del lado criticado.

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  3. Muy de acuerdo con los dos comentarios anteriores, creo que el menoscabar o criticar el trabajo de otros pasa muchas veces por inseguridad de la persona que lo critica porque de esta forma prentenden algunos quedar bien con el paciente, como el héroe, siendo que el mismo paciente juzgará con los resulta
    dos del tratamiento la pericia del tratante , lejos de los comentarios que éste haya hecho.

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  4. Estoy parcialmente de acuerdo con uds chiquillas, es verdad que hay que ser solidarias con nuestros colegas, pero hay mucha gente hoy en dia que esta trabajando en la boca de los pacientes sin tener un titulo que los faculte para! que pasa por ejemplo con todos los laboratoristas dentales que hacen promociones 2x1 del juego de prótesis, debemos ser complices de esas situaciones también? Opino que a todos esos debemos mandarlos a la hoguera!
    Otro punto sera cuando nos topemos con el trabajo de los niños de privadas que estan ahora estudiando. Quien sabe como resultará eso para los pacientes.
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  5. Yo creo que el solidarizar no es validar lo que haga el resto, sólo hay que pensar muy bien antes de dar una opinión del trabajo de otra persona, porque nosotros por más anamnesis que hagamos al paciente, no sabremos realmente lo que pasó. Y estoy totalmente de acuerdo que no hay regulación sobre la calidad y la cantidad en la profesión odontológica

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  6. Yo creo que cuando llega a nosotros un paciente consultando por la posibilidad de tratamiento frente a un fracaso de un tratamiento previamente realizado por un colega, es de real importancia realizar una buena anamnesis e historia clínica de su condición. Es nuestro deber determinar y explicar concretamente al paciente la causa de la falla, pero no se debe menospreciar el trabajo antes realizado, no se debe emitir juicios sobre tratamientos realizados, debido a que es fácil criticar sin saber bajo qué condiciones se realizaron dichos tratamientos.

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  7. En nuestra formación profesional como alumnos de la Universidad de Chile se nos enseña a no hablar mal de otros colegas, porque son muchos los factores que desconocemos en la ejecución de los tratamientos. Pero al igual que comentarios anteriores, creo que actualmente nos encontramos en un escenario muy complejo, puesto que hay una sobrepoblación de "profesionales" que no tienen ningún tipo de regulación en su formación, no hay unificación de mallas curriculares, evaluación de las generaciones que se titulan, etc, etc. Además las penas para el ejercicio ilegal de la profesión dan vergüenza, por lo cual resulta en ocasiones sumamente difícil no hablar mal de tratamientos que son evidentemente una estafa para los pacientes, sobretodo en el tipo de pacientes que nosotros atendemos, de los cuales muchos han pasado por todo tipo de aberraciones por ahorrar dinero.

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